CARTA A LA DIRECTORA
Estimada
directora:
Todos los
años en San Martín vienen los cabezudos al colegio, persiguen a los
niños con sus palos y todos se lo pasan muy bien.
Cuando yo
era pequeña, no me atrevía a salir a que los cabezudos me
persiguieran porque me daban miedo. El primer año que salí, creo
que iba a primero, unos alumnos de sexto de primaria rompieron la
cabeza de un cabezudo y éste y sus compañeros se enfadaron mucho.
Desde ese año, solamente pueden participar en la actividad los niños
de infantil y los de primero. Estos últimos años, nos hubiera
gustado que nos persiguieran los cabezudos porque es muy divertido,
pero no ha podido ser. Esta fiesta la disfrutan más los mayores que
los pequeños, que tienen miedo.
No me parece justo
que, porque unos cuantos niños rompieran su cabeza, lo tengamos que
pagar los demás. Los que la rompieron, durante todos los años de
colegio, pudieron correr con los cabezudos y disfrutar con ellos;
justamente esos que se portaron mal. Sin embargo, nosotros y muchos
otros niños que ni siquiera saben ya por qué, tenemos que estar en
clase mientras los cabezudos de San Martín corren por el patio de
recreo.
Es verdad que
podría suceder que, si los mayores participan, haya alguno que no se
comporte bien. Creo que lo justo sería castigar a esa persona por su
mal comportamiento, pero no a todo el colegio.
Por eso me gustaría
que, aunque yo ya no vaya a estar más en San Vicente durante las
fiestas del Barrio, los siguientes alumnos que haya, puedan
participar en la fiesta de los cabezudos.
Esperando
que atiendas mi petición, me despido atentamente:
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